Candice Wiggins insinúa haber sido acosada en la WNBA por ser heterosexual

Candice Wiggins habla en una entrevista sobre el acoso recibido en la WNBA por ser heterosexual

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Candice Wiggins decidió retirarse del baloncesto profesional hace prácticamente un año y lo hizo mediante una carta bastante extensa en la que expresaba lo mucho que había significado este deporte para ella.

Ahora ha vuelto a la actualidad por unas declaraciones recogidas por San Diego Union Tribune en las que narra cómo vivió su carrera como profesional en la WNBA y el acoso al que, siempre según sus palabras, fue sometida por el simple hecho de ser heterosexual.

Aunque el titular principal sea ése, también hay que destacar sus palabras sobre la WNBA a la que considera una liga de supervivencia que sigue luchando por la atención y la legitimidad a pesar de contar ya con 20 años de existencia. De hecho su paso por la WNBA lo considera un tormento ya que «no fue como si mis sueños se hicieran realidad, sino todo lo contrario». «Hay un estado depresivo en la WNBA. No genera interés. Cada vez está más devaluada. Se hace cada vez más difícil. No me gustaba la cultura interna de la WNBA y aunque no puedo decir mucho más, era tóxica para mí… Mi alma se estaba rompiendo».

Comenta que el acoso comenzó cuando fichó por Minnesota Lynx porque era heterosexual y una figura reconocida a nivel nacional y otras jugadoras del mismo equipo (nunca llega a decir nombres) comenzaron a estar celosas. «Podría decir que el 98% de las jugadoras en la WNBA son homosexuales. La gente de manera deliberada intentaba herirme constantemente. Nunca en mi vida me habían llamado puta tantas veces como en mi temporada de rookie. Hizo que cayera al suelo varias veces. El mensaje era: queremos que sepas que no nos gustas».

¿Es cierto que el 98% de las jugadoras de la WNBA son homosexuales? Los datos demuestra que de 120 jugadoras potenciales que puede haber en la liga tan solo 16 han salido públicamente del armario. Así que queda bastante alejado del porcentaje que la propia Wiggins comenta.

Wiggins continúa su alegato y declara que la cultura de la WNBA pasa porque las mujeres se miren y actúen como hacen los hombres en la NBA. Así «todo llega a un punto en donde las comparaciones son siempre con los hombres y al final te reflejas en el espejo como si fueras un hombre. Mucha gente piensa que si pareces un hombre y juegas como él, te respetarán. Yo era todo lo contrario. Estoy muy orgullosa de ser una mujer y de no encajar en ese cultura».

Eso sí, para finalizar Candice Wiggins declara que «no hay enemigos en mi vida. Todo el mundo está perdonado. Al final del día, me ha hecho más fuerte. Si no hubiera tenido esta experiencia, no sería tan fuerte como lo soy ahora».