Amaya Valdemoro entra en el FIBA Hall of Fame

Amaya Valdemoro entra en el FIBA Hall of Fame

Amaya Valdemoro ya forma parte del FIBA Hall of Fame

Amaya Valdemoro junto a Penny Taylor, Valerie Garnier, Katrina McClain o Yao Ming, entre otros, ya forman parte del FIBA Hall of Fame tras la ceremonia celebrada en Manila previa al inicio de la Copa del Mundo de baloncesto masculino.

Amaya Valdemoro, mejor jugadora de la historia del baloncesto femenino español, subió emocionada a recoger su trofeo y dio un discurso de agradecimiento a sus compañeras, rivales, a su familia y a su gran amiga Elisa Aguilar. Te dejamos la transcripción de su discurso:

Estoy un poquito nerviosa…

Buenas noches a todos. Creo que jamás he sentido tantos nervios como los que tengo esta noche.

Tengo que confesar que he pensado mucho en este momento desde que me llamasteis para decirme que estaba incluida en el Hall of Fame.

En primer lugar, quisiera felicitar a mis compañeros (a los premiados en el Hall of Fame) por sus increíbles carreras, sobre todos a mis compañeras por esas trayectorias inigualables y por todo lo que han hecho por el baloncesto femenino. Gracias a todos desde hoy somos un equipo todos juntos en este Salón de la Fama.

Agradezco enormemente a la FIBA por la labor que realizáis, por luchar incansablemente en la igualdad y por poner en valor el baloncesto femenino. Digo incansablemente porque estoy segura de que, a veces, lograr la igualdad en el deporte debe sentirse como correr una maratón cuesta arriba con una pelota de baloncesto en las manos.

En este punto no quiero olvidarme de mencionar a mis compañeras, rivales, entrenadores, directivos, fisios que en ocasiones parecía magos y en otras mis particulares muletas, agentes, amigos y especialmente a la Federación Española de Baloncesto.

Gracias por creer en nosotras cuando la a era solo una letra tímida en el abecedario del deporte. Ese nosotras nos ha llevado a cumplir sueños que en los años 80 e incluso en los 90 parecían tan probables como que un unicornio anotase una canasta de tres.

Cuando sabes que te van a dar un reconocimiento así tu cabeza recorre de manera constante tu carrera como si estuvieras viendo un partido en cámara lenta y repitiendo jugadas espectaculares en las que muchas veces ves a otros protagonistas.

Hay algunos que se me viene a la mente los primeros. Mi entrenador de alma, más que un coach, un amigos y, en ocasiones, un padre Miki Vukovic. Gracias por creer en mí y en hacer que yo misma creyera en mis posibilidades como jugadora.

Quiero aprovechar para dar las gracias a mi amiga, Elisa Aguilar, con la que he compartido cancha desde el siglo pasado compitiendo juntas y, a veces, cara a cara, riendo, perdiendo, ganando pero, sobre todo, estando la una por la otra haciendo equipo que es lo que más grande hace nuestro deporte. Estoy feliz de compartir este momento contigo, Elisa, e ilusionada por lo que está por venir que supone derribar otro muro para convertirte en la primera presidenta mujer de una gran federación como es la de baloncesto. Estamos en las mejores manos. Ser base significa ver hasta lo que se esconde, anticiparte, mandar en el momento preciso, saber llevar el tempo… Eso te hizo grande como jugadora y sé que si todo va como debe, te hará grande como presidenta. Gracias, Elisa, te quiero millones.

La gran María Planas que, como entrenadora nos espera a todos en este Hall of Fame, lo soñó un día, lo pidió como un reto a alcanzar. Esos deseos se están cumpliendo. Y, María, estoy segura que somos las primeras de muchas que están por abrir esta puerta.

Hoy es un día tremendamente alegre, aunque permitidme que para el final me esté dejando lo más importante y lo que más me duele. Y es que dentro de una inmensa felicidad, también me toca vivir con una enorme tristeza. Hace unos meses perdí a mi padre y es muy difícil el día a día.

Estar aquí hoy sin ti se me hace especialmente duro y raro. Si algo tenemos claro los deportistas es la importancia de una familia que esté detrás y, en mi caso, desde los 18 años tuve que aprender a seguir compitiendo sin aliento y los consejos y la mirada de mi madre.

Por aquel entonces, él ya era importante, pero mi padre pasó a ser el MVP de mi vida. Estoy convencida de que en sus ojos ahí arriba hay lágrimas de emoción como las hay en los míos. Y me duele no ver esa cara de orgullo, esa mirada que decía más que mil palabras.

Papá, me duele que no estés a mi lado físicamente, pero sé que estás aquí de alguna manera celebrando este logro que también es tuyo.

Virginia, toda la familia te echamos muchísimo de menos.

Gracias a todos por compartir este momento conmigo, por reír, por llorar y por ser parte conmigo de esta increíble historia y gracias a mi padre por seguir siendo mi inspiración incluso cuando el partido que es la vida se vuelve un poco más desafiante.

Por último quería decir que viva el baloncesto español.

Gracias.

Amaya Valdemoro entra en el FIBA Hall of Fame

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.