En 1995, Estados Unidos diseñó un programa específico para juntar, seleccionar y potenciar a las mejores jugadoras posibles
El 25 de mayo de 1995, 18 de las jugadoras de baloncesto de Estados Unidos se encontraban ansiosas por conoce su destino en sus respectivas habitaciones del United States Olympic Training Center en Colorado Springs, Colorado.

El equipo nacional de 1995-1996 fue un programa especial diseñado para captar y desarrollar el talento de las jugadoras antes de ser seleccionadas para representar a su país en los Juegos Olímpicos de 1996 que se celebraron en Atlanta, Estados Unidos. La selección estadounidense llegaba a la cita tras haber quedado medalla de bronce en los Mundiales de 1994 y bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. La hegemonía de ese momento pertenecía a la URSS y Estados Unidos quería acabar con ella. De hecho, aumentar la popularidad e interés del baloncesto femenino en Estados Unidos pasó a ser un objetivo secundario.
Ruthie Bolton recuerda ese momento con especial cariño ya que era el día en el que cumplía 28 años y «fue un momento muy especial para mí. Ser capaz de estar preparada para hacer algo que va a ser historia fue muy emocionante. Sentía que estaba embarcada en algo especial .Estaba nerviosa pero emocionada. Formar parte de ello me hacía muy feliz, ser parte de un grupo de jugadoras que podían cambiar el baloncesto femenino».
Pero, el camino no fue nada fácil. Comenzaron 27 deportistas y tan solo 18 llegaron a la final luchando por uno de los 11 puestos que había en juego para formar parte del USA Basketball Women’s National Team (UBWNT). Lo que no sabían es que iban a cambiar el rumbo del baloncesto femenino. Carla McGhee, no se esperaba tal repercusión «mirando hacia atrás, no pensaba que el equipo iba a cambiar el rumbo del baloncesto femenino de la manera que lo hizo. No sabíamos la magnitud que iba a alcanzar, algo que nunca se había hecho antes. Tener patrocinadores que nos apoyaban, ser la marca de marcas de calzado o salir en anuncios».
Tras una semana de dobles entrenamientos diarios, todas las jugadoras se reunieron de manera individual tanto con Karen Stromme que era la entrenadora de la Universidad de Minnesota Duluth y la responsable del Comité de Selección de Jugadoras de USA Basketball como con Carol Callan que acababa de ser contratada como Directora del USA National Team.
Los nervios se iban apoderando de las jugadoras según llegaba la hora del encuentro con las entrenadoras. Ninguna de ellas consiguió dormir en toda la noche. Fueron llamadas una a una por orden alfabético y tenían que recorrer el largo pasillo hasta la sala, repitiendo cada uno de los entrenamientos y cada uno de los momentos vividos en su cabeza. Todas estaba muy nerviosas, emocionalmente y físicamente cansadas por la exigencia y la dureza de las semanas anteriores.
Carla McGhee pasó mucho tiempo con Dawn Staley y Lisa Leslie y formaron una piña dentro del equipo. En los momentos previos a la reunión «sentía que no iba a ir bien. Me fui y lloré. Ellas (Staley y Leslie) intentaron animarme, hacerme reír pero fue muy duro».
McGhee fue una de las elegidas para formar parte del equipo nacional y cuando recibió la noticia no podía parar de gritar. «No piensas en las compañeras que se queda fueran aunque lo intentas hacer. Había muchas emociones diferentes. Es un recuerdo que llevaré siempre conmigo. Fue uno de los días más felices de mi vida junto haber dado a luz y ganar una medalla de oro»
Llegar a ser una de las elegidas para representar a tu país, en unos Juegos Olímpicos que además se celebran en casa es por lo que lucha cualquier deportista. Pero, además, hay que añadirle que cada jugadora que representara a Estados Unidos iba a recibir un sueldo de 50.000$ anuales. ESPN y ABC iban a retransmitir diez partidos de la selección y la selección iba a viajar por todo el mundo sumando más de 100.000 millas recorridas, charlar con el presidente, realizar firmas de autógrafos y sumar un bagaje de 52 victorias en los 52 partidos disputados justo antes de llegar a la meta, los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
Las once elegidas para formar el equipo de Estados Unidos fueron las siguientes: Jennifer Azzi, Ruthie Bolton, Teresa Edwards, Lisa Leslie, Rebecca Lobo, Katrina McClain, Nikki McCray, Carla McGhee, Dawn Staley, Katy Steding y Sheryl Swoopes
Tras el oro de Atlanta conseguido por Estados Unidos se abrieron muchas puertas al baloncesto femenino en Norteamérica. Se creó la ABL que duró dos temporadas y media y posteriormente se lanzó la WNBA que tras casi 20 años de existencia sigue aunando a las mejores jugadoras del mundo verano tras verano.
McGhee se encuentra tremendamente agradecida ya que «me ha abierto muchas puertas. Me ha permitido crear mi organización sin ánimo de lucro, crear una plataforma para ayudar a los niños. Me dio un nombre. Incrementó mi valor en Europa donde continué jugando. ¿Quién iba a llegar a imaginar que una chica de Peoria, Illinois, formaría parte de la historia del baloncesto femenino?
Fuente: http://www.usab.com/news-events/news/2015/05/20-year-anniversary-of-95-96-wnt-being-named.aspx