Conoce la historia de algunas mamás que juegan en la WNBA
Este fin de semana es especial. Arranca la WNBA y lo hace también el fin de semana del Día de la Madre. Cada vez es más habitual que las jugadoras compaginen ambas facetas y alarguen sus trayectorias profesionales. Así lo va a hacer la base de New York Liberty, Bria Hartley.

Bria Hartley fue mamá hace tan solo 4 meses y está comprobando lo complicado que es trabajar fuera de casa y dedicarse al cuidado de los hijos. Pero, además tiene que aprender las particularidades de ser una madre y también deportista. Para ello, se puso a fortalecer su cuerpo tan solo tres semanas después de dar a luz y reconoce que «fue complicado al principio. Una de las cosas que no estaban en su sitio era mi centro de fuerza. Y la fuerza es algo que siempre tengo que trabajar en general. Pero, soy del tipo de persona que si se pone alguna meta, no para hasta que lo consigue. No pienso en que vaya a haber momentos de duda porque de hacerlo te llegas a frustrar. Solamente porque algo que solías hacer y que parecía tan fácil antes ahora es más difícil».
La WNBA siempre pendiente de que sus jugadoras tengan lo mejor a su disposición sigue trabajando en ayudas y en mejoras para las jugadoras que son madres. Terri Jackson, directora de operaciones de la WNBPA (Women’s National Basketball Players Association), declara que «todas las compañías revisan y revisan sus benificos. Creo que el diálogo por lo menos tiene que empezar. Y debe venir de ambas direcciones. Tanto desde los equipos al comité de la liga como desde la liga al resto de equipos».
Hay que destacar que como parte del convenio colectivo firmado en marzo de 2014 y con vigencia hasta octubre de 2021, las jugadoras que se quedan embarazadas teniendo contrato recibirán el 50% de su salario mientras que estén de baja y tendrán todos los gastos médicos cubiertos por el seguro.
A pesar de esta normativa, Lindsay Kagawa Colas, agente de la WNBA considera que «la WNBA debería tener políticas más progresistas en cuanto a la mujer y las madres trabajadoras. Debería ser un punto crítico que una jugadora vaya a entrenar y que el club pudiera proporcionar servicios de guardería».
Además de Hartley, también nos cuentan sus casos Tayler Hill y Tianna Hawkins, ambas jugadoras de Washington Mystics. Tayler Hill tuvo a su hijo Maurice en junio de 2014, durante su segundo año en la WNBA. Consiguió recuperarse y participar durante esa temporada en 5 partidos de la liga regular y uno de playoffs. Comenta que tras el parto «estaba ansiosa porque ya estaba preparada para jugar. Descubrí que realmente amo este deporte y que quería jugar el máximo tiempo posible». De hecho, para ella las responsabilidades de ser madre no son una carga. «Mi hijo ha traído mucha alegría a mi vida. A él no le importa lo que hago en la pista. El me quiere de la misma manera. Soy super-heroína».
En lo que están de acuerdo todas las jugadoras que son madres es que no pueden hacerlo solas. Las parejas de las jugadoras, las familias, los amigos y los compañeros de equipo se involucran al 100%.
Y, ¿cómo viven las madres jugar en las ligas extranjeras durante el invierno? Jia Perkins de Minnesota Lynx habla sobre el desafío que presenta coger a los hijos y llevárselos fuera de Estados Unidos. Pero, algunos equipos y países permiten negociar a las jugadoras los desplazamientos y las viviendas más baratas para sus niños y sus cuidadores.
El caso de Perkins fue curioso ya que el día en el que fue drafteada estaba a tan solo siete semanas de dar a luz. Formaba parte del draft de 2004 compartiendo sorteo con jugadoras como Lindsay Whalen, Rebekkah Brunson, Diana Taurasi o Alana Beard. Fue elegida en el puesto 35. Un puesto en el que habitualmente las jugadoras se quedan sin equipo. Pero, no fue su caso, ya que afronta su temporada número 14 en la WNBA.
Quien se perderá la temporada completa será Mistie Bass una de las jugadoras de recambio más importante que hay en la WNBA. Tras diez años jugando en la WNBA, esta temporada se la perderá al estar embarazada. Algo que tenía en mente desde hace tiempo, de hecho, tiene hasta un fondo de ahorro. El problema radica en que no todo ha surgido como lo planeado. Bass es un agente libre que aún no tiene equipo, por lo que no cobra salario y tampoco tiene el seguro estándar de la WNBA.
Mistie Bass tiene claro que «para algunas de nosotras nunca es el momento perfecto para quedarse embarazada porque no lo hay. Hacemos la mayor parte del dinero jugando en el extranjero. Pero también queremos jugar en Estados Unidos. Así que, independientemente, de donde juguemos dejaremos de ganar dinero si en algún momento de nuestras carreras queremos tener hijos».
Lo que está claro es que todas las mujeres que compaginan su labor como madre con su trabajo es de alabar. La WNBA deberá buscar formas para conseguir que la conciliación sea posible al 100%.
Fuente: http://www.espn.com/wnba/story/_/id/19367118/wnba-moms-getting-more-help-ever-face-challenges