Anna Cruz declara a FEB.es sus sentimientos y emociones tras ser campeona de la WNBA
El pasado miércoles Anna Cruz escribía con letras de oro su nombre dentro del baloncesto femenino español tras convertirse en la segunda jugadora española en conseguir un anillo de la WNBA.

Anna Cruz es una jugadora discreta, no acapara tantos flashes como otras mediáticas como Marta Xargay o Alba Torrens pero poco a poco ha ido creciendo y parece no tener techo. Comenzó su andadura en la WNBA el pasado año en New York Liberty siendo titular en todos los encuentros que jugó y este invierno se concretó el traspaso de la catalana a las Minnesota Lynx donde ha compartido vestuario con jugadoras de la talla de Maya Moore, Lindsay Whalen, Seimone Augustus o Sylvia Fowles y con las que se ha coronado como campeona de la WNBA.
Anna Cruz rememora el último partido de la serie jugando en casa «fue espectacular porque el pabellón estaba lleno. 20.000 personas vestidas de blanco y además un quinto partido que, en teoría, debía ser el más ajustado y en el que nos fuimos muy pronto de 20. No nos lo acabábamos de creer».
Parece ser que la suerte de la escolta española ha cambiado y si en 2013 se perdía el Europeo con España por una inoportuna lesión en el tobillo, desde entonces no ha parado de cosechar éxitos. «Cuando el Oro Europeo no puede estar y en mi carrera esa mala suerte había sido una constante. Al final tuve mi recompensa a todas las cosas menos buenas que me habían pasado en un verano para el recuerdo».
Reconoce terminar cansada tras encadenar la temporada de invierno, el bronce en el Eurobasket de Hungría y Rumanía y la WNBA. «Ahora ni planteo lo que pasará el próximo verano. Lo que está claro es que sería un sueño poder volver a este equipo pero el descanso también es parte del entrenamiento y necesito parar en algún momento. Cuando llegue el momento nos sentaremos y analizaremos las fechas disponibles. Ahora queda muy lejos».
Fuente: http://www.feb.es/2015/10/15/baloncesto/dije-madre-que-puedo-morir-tranquila/61776.aspx