Anna Cruz anuncia su retirada de la selección española

Anna Cruz se despide de la selección femenina

Forma parte de la historia del baloncesto femenino español. Anna Cruz, junto a otras tantas jugadoras, han formado parte de un ciclo glorioso en el baloncesto.

Anna Cruz en el momento del lanzamiento que da el pase a semifinales a España. Foto: fiba.com

158 internacionalidades y 8 medallas cuelgan de su cuello. Dos oros (Eurobasket 2017 y 2019), plata olímpica (2016), plata mundial (2014), bronce mundial (2010 y 2018) y bronce europeo (2009 y 2015). Un palmarés para una jugadora cuya evolución ha venida marcada por el trabajo, la disciplina y el esfuerzo.

Para el recuerdo quedarán dos canastas que marcaron el devenir de España en esta última decada. La primera, un increíble 2+1 frente a Montenegro en los cuartos de final del Eurobasket de Hungría y Rumanía de 2015.

La segunda, cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río 2016, empate a 62 frente a Turquía. Anna Cruz coge el balón y sucede algo histórico.

España, por primera vez en toda su historia, se clasificaba para unas semifinales de unos Juegos Olímpicos.

Dos canastas para el recuerdo. Dos canastas para poner a España en todos los libros de historia. Dos canastas firmadas por Anna Cruz. También, son dos las jugadoras que tienen un anillo de la WNBA. Amaya Valdemoro y ella. Una Anna Cruz que estaba cansada de perderse todas las citas importantes. De hecho, estuvo ausente en ese Eurobasket de Francia de 2013 donde España iniciaba este ciclo bañado en oro, plata y bronce. Desde entonces, ha sido imprescindible en todas las citas que la selección femenina ha disputado.

Y hoy, la jugadora de 34 años que milita en Casademont Zaragoza de la Liga Femenina Endesa, ha decidido poner punto final y dejar de vestir la camiseta de la selección española en un año en el que, recordemos, se juegan el Eurobasket y los Juegos Olímpicos. Los motivos no están del todo claros, pero Cruz destaca que se le «hace muy complicado lidiar en el día a día con ciertas cosas que no se ajustan a lo que yo entiendo con la profesionalidad de este deporte: respeto y dignidad hacia unas profesionales que llevan una exitosa trayectoria a sus espaldas. Con 34 años, y mucho vivido ya, creo totalmente innecesario seguir tolerando actos que van contra mis principios y, antes de que lo vivido se vuelva amargo, prefiero separar nuestros caminos. Yo también tengo poder, el poder de decidir para quién trabajo y para quién no».

En la despedida declara que «no es el final que hubiera imaginado a toda una década repleta de éxitos, pero es una decisión meditada y tomada en frío, donde antepongo mi bienestar y mi salud a cualquier medalla. Soy muy consciente de que hay unos Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina y disputarlos es el sueño de cualquier deportista y, aunque no soy la única que se ha sentido o se siente así, entiendo y respeto todos los puntos de vista y opiniones».