Elena Delle Donne habla para ESPN sobre su carrera, su hermana Lizzie y su lucha contra la Enfermedad de Lyme
MVP de la WNBA, jugadora más destacada de Chicago Sky, récord en tiros libres y una de las mejores jugadoras que militan ahora mismo en la liga. Se trata de Elena Delle Donne.
A pesar de sus grandes éxitos, detrás hay una gran lucha, una gran historia de superación. «Somos la élite del baloncesto femenino del mundo. Esta es mi vida, es lo que llevo haciendo durante 22 años». Elena Delle Donne es tremendamente maniática, especialmente con los chicles: «voy a la tienda y me quedo mirando los chicles hasta que cojo el correcto. Una vez que lo compro, no dejo que nada toque el paquete. Cojo una gragea y la como durante la primera mitad, si las cosas no van bien o no estamos jugando bien, cambio de chicle. Porque claramente es cosa del chicle, ¡nosotras nunca jugamos mal (risas)!»
Bromas aparte declara que «su gran desafío es intentar el estar sana frente a la Enfermedad de Lyme que padece desde hace unos años. Tengo dolores musculares y diferentes síntomas, igual que cuando tienes un resfriado. Hay días en los que me levanto más cansada o mis músculos no se han recuperado bien. También debo tener cuidado con la comida para evitar que afecte a mi organismo.
Tomo alrededor de unas 50 pastillas al día para combatir la enfermedad. Creo que la gente se sorprende de seguir siendo una deportista profesional teniendo una enfermedad crónica».
A pesar de esas dificultades, «cuando llegué a la WNBA sentía que estaba perdiendo la paciencia. No jugaba tan bien el tercer y cuarto cuarto como lo hacía en la primera parte. Por lo que, contraté a un entrenador nuevo de vuelta a Delaware y trabajé realmente duro para ganar estabilidad y resistencia, a través de circuitos. La gente escribió que había ganado 12 libras (5 kilos) de músculos. Creo que es un poco exagerado. Pero había ganado músculo y perdido grasa».
Elena Delle Donne muestra una ética de trabajo admirable y es que siempre quiere sacar lo mejor de sí misma. «Siempre me digo: no eres capaz de anotar 11 seguidos. Entonces, lo intento y veo si soy capaz de hacerlo. Cuando estoy en la pista, todo los pensamientos son positivos». Así, no es de extrañar que a sus 26 años haya conseguido ser una de las grandes ídolos de la WNBA.
Y no solo dentro de la pista sino también fuera de ella. Aunque para EDD su verdadera heroína es su hermana Lizzie. «Siempre ha sido mi fuente de inspiración aunque ella nunca me haya dicho una palabra. Es sorda y ciega y tiene discapacidad intelectual. Probablemente tenga un nivel funcional como un bebé de uno o dos años. Además, ha pasado por 30 cirugías a lo largo de su vida. Los médicos, muchas veces, nos han dicho que no sería capaz de andar, que no iba a vivir tanto tiempo y ella ha ido superando todos esos límites. Es impresionante».
«Cuando cumplí 20 años, me hice un tatuaje con el nombre de mi hermana dentro de las alas de ángel. Me lo puse en un sitio no visible pero sé que está ahí. Antes de cada partido lo acarició y también cuando necesito que mi hermana me ayude en los partidos, también lo hago».
«Todo lo que tenga que superar en un día nunca será comparable a lo que Lizzie ha tenido que luchar cada día de su vida«
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